¿Cómo se efectúa la forja de metales?
- Metalúrgicas Ruher
En esta ocasión vamos a aprovechar este artículo para hablarle acerca de la metalistería, todo lo que engloba este empleo y la evolución que ha sufrido a lo largo de los años.
Podemos confirmar que la metalistería incluye multitud de artes y técnicas empleadas para elaborar y fabricar todo tipo de objetos decorativos, utilitarios y artísticos conformados a partir de la utilización de diversos metales.
El trabajo de la metalistería también se sirve de técnicas como la de labrado y fundido en la que son utilizadas materiales preciosos como por ejemplo el oro y la plata y otros elementos de gran valor. Por tanto podemos decir que la metalistería abarca la orfebrería, joyería y herrería.
La metalistería ha tenido mucha importancia a lo largo de los tiempos en la evolución de la sociedad.
Prueba de ello, es la forma en que nos referimos a las distintas épocas en las que el hombre se caracterizaba por el empleo de distintos metales. Podemos distinguir la Edad de Cobre, Edad de Bronce y Edad de Hierro.
Originariamente, se considera que la primera técnica utilizada para la conformación de los metales fue el amartillado hacia el año 2500 a. C. utilizando distintos moldes en los que se vertían el metal fundido.
Siendo un poco más precisos, esta técnica consistía en fabricar elementos a partir de moldes en los que se vertía hierro fundido. También se podía lograr la fusión de piezas para lograr un producto de mejor calidad.
Posteriormente se empezaron a utilizar otras técnicas más avanzadas como el pegado con rechaces, el retorcido o la popularmente conocida como soldadura.
Forja de metales
Se conoce como forja al trabajo efectuado sobre un metal al que previamente se le ha aplicado calor para hacerlo más maleable. Sin embargo, para trabajar con un metal en la forja es necesario que este adquiera un cierto grado de maleabilidad, lo que no se puede conseguir con ciertos metales.
Los instrumentos empleados en la forja son la superficie de acero en la que se trabaja el metal con el martillo y un yunque. Estos utensilios, dependiendo de si la finalidad son trabajos artísticos o industriales, son más o menos sencillos.
Cuando forjamos pequeñas piezas de metal, el trabajador no precisa en este caso de horno; solo necesita una fragua, conformada por un brasero de ladrillos refractarios o de hierro fundido, donde se pone el carbón.
El brasero está formado por un tubo de aproximadamente dos centímetros por donde entra el aire y se comunica con el fuelle o con un ventilador centrífugo. Por la entrada del aire, el carbón prende rápidamente y este actúa sobre el metal que ha sido introducido previamente con unas tenazas.
Posteriormente, una vez calentada la pieza, esta se coloca en el yunque y se utiliza el martillo. Por poner el ejemplo, el acero necesita una temperatura para trabajarlo de alrededor de 950 ºC.
Las principales acciones que pueden realizarse en el forjado son: el aplanado, que permite eliminar las imperfecciones del metal utilizando martillos bombeados o planos; el estirado, que consiste en utilizar el martillo esférico para dejar plana sin imperfecciones en la superficie; y el platinado, trabajo similar que se utilizar en piezas de poco grosor.